martes, 16 de agosto de 2011

Para entender algunas raíces del conflicto del Partido Comunista con el gobierno y el Frente Amplio

 Oscar A. Bottinelli – diálogo con Fernando Vilar

Radiocero y Radio Monte Carlo - julio 15 de 2011
 
El Frente Amplio no ha procesado todavía una profunda discusión sobre sus objetivos estratégicos de sociedad [...] El Partido Comunista era un partido muy unido [...] pasó a tener corrientes internas [y] hoy es el momento en que las diferencias internas están más exacerbadas. [Para el PCU]  incidir lo más posible en el movimiento sindical es algo decisivo [...] en la captación de militantes, compite a diestra y siniestra  La inminencia del Congreso del PIT-CNT explica mucho la búsqueda de posicionamientos públicos
FV: Como todos los viernes a las 8:30 aquí en Radiocero y en Radio Monte Carlo presentamos el análisis político de Oscar Bottinelli, director general de Factum. El tema de hoy: Para entender algunas raíces del conflicto del Partido Comunista con el gobierno y el Frente Amplio
OAB: En estos días estalló un conflicto con el Partido Comunista y el gobierno, a raíz del no voto del senador Lorier a la Ley de Participación Público Privada. Medio en broma se puede decir que la culpa la tiene el senador Jorge Saravia por irse del Frente Amplio
¿Por qué? Ahora en serio, porque en toda la Legislatura anterior y en ésta hasta que se fue Saravia del Frente Amplio, al oficialismo le sobraba un voto en el Senado. Entonces, Lorier podía darse el lujo de no votar sin crear ningún problema serio. Y esto no es nuevo. Empezó ya en 2005 con el no voto a la Operación Unitas de ejercicios militares con Estados Unidos y con el no voto al Tratado de Protección de Inversiones entre Uruguay y Estados Unidos. Otro episodio relevante fue el no voto en 2008 a la Ley de Educación. Lo diferente ahora es que el voto del senador comunista es decisivo para que el Frente Amplio tenga mayoría absoluta en el Senado.
Esto es lo diferente.
FV: ¿Y cómo se puede explicar estas conductas y este conflicto?
OAB: Para entender el conflicto, saliendo de la anécdota menor, hay que buscar varios ángulos de análisis. Uno de ellos, nada menor, es el problema que a toda fuerza política le ocasiona pasar de la oposición al gobierno, mucho más si es una fuerza de derecha o de izquierda, porque gobernar es en gran medida correrse un poco o mucho hacia el centro.
Pero lo fundamental es que el Frente Amplio no ha procesado todavía una profunda discusión sobre sus objetivos estratégicos de sociedad: si pretende una sociedad de mercado con mejor distribución de la riqueza y mayores oportunidades – lo que puede llamarse una sociedad socialdemócrata avanzada - o pretende ir a la superación del sistema capitalista, a un cambio de sistema; la diferencia no es nada menor. No es nada menor apostar al mercado y los inversores, que apostar a un Estado económicamente fuerte, con empresas estatales poderosas, con la recreación del Frigorífico Nacional.
Y también debatir sobre cuáles son los sectores sociales en los que pretende apoyarse y cuáles son los sectores sociales a los cuáles pretende favorecer con el gobierno, que son dos temas distintos. Si a los pobres, los asalariados, las capas medias, el empresariado nacional, los inversores. Porque hay mucha confusión en esto, y nadie puede favorecer a todos por igual ni apoyarse en todos por igual.
Este problema ideológico no es exclusivo del Partido Comunista, sino que afecta a importantes alas del MPP y también impacta dentro del Partido Socialista.
FV: Se puede ver qué diferente es el papel del Partido Comunista hoy, en confrontación con la conducción del Frente Amplio, y el papel hace 20 años de ser la fuerza principal del Frente Amplio
OAB: Claro, es necesario recordar que una cosa era el Partido Comunista hasta 1992 y otra después. Hasta fines de 1991 y mayo de 1992 era un partido esencialmente pragmático, muy unido y muy centralizado, que cumplía un papel central en el Frente Amplio, con un gran sentido de la defensa del Frente Amplio y del culto de la unidad política y sindical.
Desde aquél momento el Partido Comunista fue cambiando; en gran medida porque perdió a los nueve décimos de sus dirigentes y cuadros medios, que lo abandonaron. Fue un proceso gradual. En un primer momento, bajo la guía de Marina Arismendi, mantuvo mucho de los elementos característicos en relación al Frente Amplio y a la unidad de la izquierda. Luego, con la asunción de Eduardo Lorier fue girando hasta asumir la actual posición de un partido situado al margen de la conducción central de la izquierda, en permanente contrastación y diferenciación con esa conducción central.
Lo otro es que a partir de 1990, ya en proceso de desaparición de la Unión Soviética y de implosión del llamado “socialismo real”, el Partido Comunista de Uruguay perdió su monolitismo y pasó a tener corrientes internas. Y eso no desapareció con la ruptura de 1991-1992, sino que la existencia de corrientes pervivió. Y se fue acentuado en los últimos tiempos. Podemos decir que hoy es el momento en que las diferencias internas están más exacerbadas, con el mayor grado de tensión.
FV: ¿La existencia de tensiones internas explica todo?
OAB: No. Es un elemento. Otro elemento importante es el del papel que a sí mismo se asigna el Partido Comunista. Con la caída de la Unión Soviética y del socialismo real cayeron muchos elementos valorativos a los que adhería el Partido. Pero lo que mantuvo es el considerarse a sí mismo como el partido guía del proletariado, de los trabajadores, de los asalariados, y representante de los mismos.
Para esta concepción, incidir lo más posible en el movimiento sindical es algo decisivo.
Por otro lado mantuvo la concepción de que la militancia comunista no es una ocupación para el tiempo libre, un hobby de coleccionista, sino una entrega total, como puede serlo la actividad pastoral religiosa. Hay un algo de religiosidad en la concepción política comunista. De allí va de la mano el ser un partido de muy alta militancia.
FV: Señalabas como dos elementos principales el considerarse a sí mismo como guía y representante de los trabajadores, y la concepción de la militancia política como una entrega total.
OAB: Exacto. El unir ambas cosas permite obtener explicar el formidable peso que tiene en el movimiento sindical. Pero además, observar su peso del Partido Comunista en la estructura del Frente Amplio: le responde alrededor de la cuarta parte del Plenario Nacional. En cambio, recibe algo más de un voto de cada 20 votos frenteamplistas, y cuenta con 1 senador y 1 diputado. Su fuerza electoral está en el mismo escalón que la Vertiente Artiguista o que la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad que lideran Eleuterio Fernández Huidobro y Luis Rosadilla. Muy lejos del peso electoral y parlamentario del Partido Socialista, del Frente Liber Seregni que orienta Danilo Astori, y ni que hablar del peso del Movimiento de Participación Popular nucleado tras Mujica.
Su peso está, entonces, no en el peso en la ciudadanía en general ni en bancas parlamentarias, sino en su peso militante.
FV: ¿Y en su militancia sindical tiene el campo libre? ¿Tiene lo que se dice un nicho claro o debe afrontar competencia?
OAB: En el plano sindical, en la captación de militantes, compite a diestra y siniestra. Compite con el ala más combativa del Movimiento de Participación Popular, pero también con el ala más radical del Frente Amplio, en la cual se encuentra el Partido Socialista de los Trabajadores, al que pertenece el dirigente sindical Alfredo Silva, hombre de formidable peso en la conducción de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Pero además el Partido Comunista compite con grupos por fuera del Frente Amplio, a la izquierda del Frente Amplio, como Asamblea Popular.
Esto lo lleva a marcar su perfil combativo, fuerte. Pero además debe convivir con una fuerte tensión interna en la que convive gente moderada, de fuerte adhesión al gobierno y al Frente Amplio, con otra gente más radical, ferozmente crítica del gobierno. Basta recordar que en el Paro General contra el gobierno decretado por el PIT-.CNT en la primavera del año pasado, un dirigente comunista votó en contra del paro, otro votó a favor y un tercero se abstuvo.
Pero por si faltaba poco, en pocas semanas se realizará el decisivo Congreso del PIT-CNT, del cual saldrán trascendentes decisiones para el relacionamiento del movimiento sindical con el gobierno, y del cual saldrá elegida una nueva dirección sindical. La inminencia de este congreso decisivo explica mucho la búsqueda de posicionamientos públicos, en un mensaje dirigido no a la ciudadanía en general, sino a la militancia sindical.
Por aquí podemos rastrear algunas claves de explicación de la tensión existente entre gobierno y Partido Comunista, entre Frente Amplio y Partido Comunista.